El hombre más rápido del año, Tyson Gay, ha reconocido haber dado positivo en un control anti-dopaje. Así de claro y así de sencillo. Sin paños calientes. La agencia de noticias Reuters ha sido la encargada de difundir una información confirmada por el propio atleta norteamericano.
En junio, durante la celebración de los Trials americanos, Gay conseguía la que era y es la mejor marca mundial del año, unos maravillosos y estratosféricos 9.75, con viento a favor legal (+2.4m/seg). El atleta de Kentucky parecía, por tanto, clarificarse, tras un período muy complicado de diferentes lesiones musculares, como un estilete a tener muy en cuenta para derrocar al todopoderoso Usain Bolt. Sin embargo, esta gran marca, así como la credibilidad de toda su temporada (y quizás de su carrera), se han visto totalmente empañadas tras la llamada que recibió de la USADA (US Anti-Doping Agency - Agencia Antidopaje Americana), aclarándole que, el 16 de mayo, había dado positivo por una sustancia aún no revelada en un control realizado fuera de competición.
El velocista reconocía la verdad entre lágrimas, confirmando que no participará ni en la prueba de la Diamond League que se celebrará en Mónaco el 19 de julio (el viernes próximo) ni en los Mundiales de Moscú que se celebrarán del 10 al 18 de agosto. Gay ha participado activamente en campañas contra el dopaje, y ha seguido incluso admitiendo tras esta revelación que nunca ha tomado ninguna sustancia dopante de forma consciente.
Lo peor es que, tras el positivo de Gay, el testigo estadounidense de la velocidad pasa en este caso a un hombre que ya estuvo suspendido en dos ocasiones por el mismo motivo (y sobre el que sigue habiendo sospechas): Justin Gatlin.
Y no es lo único. En los mentideros se venía comentando en los últimos días que el equipo jamaicano estaba bajo la sombra de la duda. Y esa duda ha sido, al parecer, confirmada por el periódico de la isla caribeña The Gleaner, que, en su edición digital, ha publicado que cinco atletas, entre los que se encuentran tres corredores, dieron positivo en diferentes controles realizados durante la celebración de los Trials jamaicanos (20 al 23 de junio). No se conocen ni las sustancias (se habla de ciertos diuréticos que habitan en la composición de un nuevo suplemento alimenticio que se les ha estado suministrando a los atletas), ni tampoco los nombres. Sí se conoce que hay dos velocistas que han sido medallistas olímpicos. Ya se habla de Asafa Powell, de Nesta Carter y de Sherone Simpson.
Lo peor es que, tras el positivo de Gay, el testigo estadounidense de la velocidad pasa en este caso a un hombre que ya estuvo suspendido en dos ocasiones por el mismo motivo (y sobre el que sigue habiendo sospechas): Justin Gatlin.
Y no es lo único. En los mentideros se venía comentando en los últimos días que el equipo jamaicano estaba bajo la sombra de la duda. Y esa duda ha sido, al parecer, confirmada por el periódico de la isla caribeña The Gleaner, que, en su edición digital, ha publicado que cinco atletas, entre los que se encuentran tres corredores, dieron positivo en diferentes controles realizados durante la celebración de los Trials jamaicanos (20 al 23 de junio). No se conocen ni las sustancias (se habla de ciertos diuréticos que habitan en la composición de un nuevo suplemento alimenticio que se les ha estado suministrando a los atletas), ni tampoco los nombres. Sí se conoce que hay dos velocistas que han sido medallistas olímpicos. Ya se habla de Asafa Powell, de Nesta Carter y de Sherone Simpson.
Y de nuevo, tenemos que seguir creyendo. Tenemos que seguir creyendo que hay atletas honrados, que no se ríen de los aficionados, que no juegan con las ilusiones de otros, que no insultan el nombre y el honor de sus compañeros de profesión, limpios. ¿Tenemos o debemos? Tenemos la duda de lo que ocurrirá, de cuál será el siguiente caso que será destapado. Tenemos la certeza de que éste no será el último. Y además de certeza, es, por supuesto, la tristeza. Y cuando queremos empezar a confiar y a creer, llega un nuevo palo. Esta vez, de una auténtica estrella mundial. Gay se enfrenta, más que posiblemente, a una sanción de dos años.
Debemos. Sí, debemos. Debemos seguir creyendo. Creyendo en atletas limpios. En un atletismo inalterable y profesional, puro y creíble, en el que muchos se baten el cobre en un mundo tan sumamente duro y competitivo simplemente con su sudor y su sacrificio, que hacen de su trabajo, de su entrenamiento y de su integridad un credo. Pero de nuevo, asaltarán las dudas, porque esto se volverá a repetir. No cabe ninguna duda. Y aún así, debemos seguir creyendo. Por el bien del atletismo.
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